Presunto Culpable de Daniel Amaru Silva
Presunto Culpable de Daniel Amaru Silva Los primeros minutos de Presunto culpable me empujan a pensar inevitablemente en otras situaciones similares. Un hombre tendido en el suelo desnudo de su celda, sometido a la oscuridad y al silencio. Lo primero que recuerdo: Trotsky en Kherson, antes de sus diecinueve años, condenado a una cruenta soledad durante tres meses. Otros recuerdos me asaltan: la obra de teatro Passport del venezolano Gustavo Ott donde también está presente la incertidumbre del espacio y el tiempo y la zozobra ante un sistema que no se entiende ni se revela, pero que se percibe férreo y tiránico. Cuando la historia llega a su clímax, no puedo más que estar seguro de que todo aquél que ha leído 1984 de George Orwell, encuentra una similitud un tanto incómoda con la obra de Daniel Amaru Silva. La habitación 101 es el lugar en el que se somete al presunto culpable (que nunca es presunto) a una sistemática tortura, más psicológica que física, para que éste termine a