LA CARNE Y LA SANGRE DEL TEATRO CUSQUEÑO
En nuestra ciudad, el mejor teatro, sólo se ve en internet. Mas, grupos como Libélula de Jade, nos hacen soñar que esta lamentable realidad pueda cambiar en un futuro. Respecto al arte y la cultura aún no hemos desarrollado una identidad contemporánea. Estamos congelados en el pasado y tomamos por innovación las migajas que imitamos del post-romanticismo y del cine extranjero. Las palabras “originalidad” y “creatividad” aún no las hemos entendido o no nos atrevemos a llevarlas a la práctica -con todos los riesgos que ellas demandan-. Esto, básicamente es por un tema que nos ha inundado metiéndose por nuestras narices y definiéndonos en casi todos los aspectos de nuestra vida: la mediocridad y el conformismo. No son un delito, pero en el arte son inaceptables. Es válido extender la aseveración del poeta José Santos Chocano (quien dice que la mala poesía no existe; o es buena o, simplemente, no es poesía) a todo el arte. Y para lograr buena poesía y buen arte, es preciso atr